Un blog para gente de oídos inquietos y cierta peligrosa inclinación a la melomanía.

miércoles, 30 de enero de 2008

Journey - Journey (1975)

Más allá de lo injusto que a veces he sido en mi vida, hablando peyorativamente del AOR (Adult Oriented Rock), sería un pecado de omisión dejar de destacar el primer disco de Journey, que fue precisamente también el primero de ellos que escuché completo, sin saltarme ninguno de sus tracks.
Antes, por allá por 2003, ubicaba sólo algunos temas sueltos de esta banda, los típicos que suenan en la radio o en compilaciones, tales como Lights, Open Arms y Lovin', touchin, squeezin' -versión Dream Theater-. Pero la primera placa, titulada simplemente Journey, a la larga ha llegado a convertirse para mí en una de esas joyitas de cabecera.
Para contextualizar un poco este asunto -con lo cual no quiero decir que sea imprescindible hacerlo, ya que al final la música de calidad habla por sí sola y no interesa mayormente lo que está fuera de ella, supongo- hay que moverse al San Francisco de 1975, justo en el Ecuador de la llamada "década del yo". El rock se ha disparado con una fuerza a la vez centrífuga y centrípeta apabullante, profundizándose su hibridación y penetrando por todos los oídos del mundo.
No obstante, ya para ese año la abusiva pomposidad de los surcos abiertos por el rock sinfónico comenzaban a pasarle la cuenta, desgastando más de la cuenta los codos de un traje de etiqueta no muy natural para un rockero. Así, bandas como Yes, Emerson Lake and Palmer o Genesis comienzan a repetirse hasta la saciedad, tanto en sus propios repertorios como en su séquito de clones, iniciando así la larga letanía al cadalso, o como dijera alguien por ahí, "al cementerio de las armonías".
Algo de esto tenía Journey también, aunque suene un poco raro para quienes los han visto siempre como emblema del Adult Oriented Rock, o dicho en buen chileno, rock con melodías pop y el volumen justo y necesario, todo bien dosificado para ser un hit radial.
Claro que su veta principal mana del jazz rock, esa mágica fusión cuyas puertas abrió Miles Davis nada menos que con John McLaughlin sacándole fraseos interminables a su guitarra.
La mención al posterior fundador de Mahavishnu Orchestra no es casual, ya que en su estilo de fuerte espiritualidad tuvo un rico intercambio con Carlos Santana -o Devadip, como se hizo llamar luego de conocer al gurú Sri Chinmoy y cortarse el pelo.
Y es que en un exceso de simplificación puede definirse a Journey del disco debut como algo similar a Santana, pero sin el eje de los ritmos latinos y con un poquito más de power rockero aportado por Neal Schon en la guitarra.
Justamente los dos fundadores de Journey, el mencionado Schon y Gregg Rolie, provenían de Santana, el segundo incluso como tecladista y voz del memorable álbum Abraxas.
Así las cosas, un disco de fusión era inevitable, el norte predecible pero a la vez fascinante hacia el que se quería apuntar desde un principio, primero bajo el nombre de The Golden Gate Rhytmn Section, denominación que a la hora de salir al mercado cambió a Journey.
Intuitivo jazz-rock se respira en las siete estaciones de esta placa, que nunca será un viaje perdido.
1. Of a Lifetime(6:50): Sencillamente una balada excepcional. Una frase de guitarra simple pero intensa que podría repetirse mil veces sin perder nunca su frescura y su color de nostalgia o despedida. La melodía vocal también está bien trabajada, aunque tal vez el registro del cantante no está a la altura de la canción. Mención aparte merece la base rítmica, sobre todo la batería, trono en el que el veterano Aynsley Dunbar muestra durante todo el disco una creatividad y un dinamismo notable. Si bien lo había escuchado con Frank Zappa, fue gracias a este disco que lo subí al podio junto a Peart, Bruford, Bonham, Paice y Powell. A los 2.30 irrumpe un riff preciso que sirve de descanso para la melodía principal y lleva el tema a un primer clímax, pasando por diversas intensidades, llegando incluso a una especie de pausa. Ese es otro punto que tal vez no se repita mucho en los discos más conocidos de Journey: el juego con distintos microclimas, dentro de una misma atmósfera general, pero con variaciones de intensidad que no provocan un quiebre brusco. Of a Lifetime, que en cada estrofa parece estar conteniendo la emoción, se desata definitivamente con el solo de guitarra de Schon, por allá por el minuto 5, y ya 30 segundos más tarde se convierte en una tormenta incontenible.Una excelente carta de presentación para la banda, aunque por la naturaleza misma de la canción hubiera sido más apropiada como corte final.

2. In the Morning Day (4:22): Una canción algo bucólica con buenos arreglos de Hammond y un estribillo llamativo. Eso, hasta el quiebre temprano que recuerda bastante a Rush de los primeros discos y le da un empujón al tema acompañado de solos de órgano algo purplerianos a los que pronto releva la guitarra. Of a Lifetime dejó la vara demasiado alta y este segundo track pasa como un mero relleno, no malo, pero prescindible.

3. Kohoutek (6:43): El piano del inicio me recuerda a Pink Floyd del Dark Side of the Moon, específicamente a Us and Them. El ingreso de la guitarra, el teclado y las percusiones le echan un brochazo de Mahavishnu Orchestra que finalmente termina por ocupar todo el cuadro, con un fuerte tono de space jazz, si es que existe algo llamado así. El término se me viene a la cabeza al recordar el origen de este tema, el primer instrumental de la banda: se trata del cometa descubierto y reportado en 1973 por el astrónomo checo Lobus Kohoutek. Pasados los dos minutos de canción, el jam se vuelve indomable, si es que se le puede llamar jam a cualquier tema en el que aparezca Schon, quien podía tocar en veinte tomas distintas un mismo solo, calcado nota por nota. Creo que este fue uno de los motivos por los que Aynsley -al fin y al cabo un jazzero amigo de la improvisación- no se sentía muy cómodo en Journey y finalmente el giro más comercial del grupo terminó por alejarlo. Kohoutec, más que recordar el paso de un cometa, hace seguir el derrotero de una tormenta. Excelente corte con solos de guitarra avasalladores sobre una base rítmica de otro planeta.

4. To Play Some Music (5:16): Sencillos tres acordes que delinean una canción radial con estribillo pegajoso. No hay que menospreciar eso sí el desarrollo instrumental del tema, con buenos solos.

5. Topaz (6:11): Un corte de puro jazz fusión, con una intro que va urdiendo una atmósfera que es derretida por la entrada de la batería y el bajo en actitud galopante, irrupción que es matizada por el trabajo de wah wah de Schon, seguido por un delicado descenso de la intensidad, en donde la batería jazzy de Aynsley hace su juego. De los 3.40 hacia adelante podría tratarse fácilmente de un tema de Santana, que vuelve sutilmente a la atmósfera calma de la intro que me trae siempre a la memoria el Goodbye Pork Pie Hat de Jeff Beck en el Wired (claro que debería ser al revés, porque el disco de Beck es de 1976, sin embargo, para mis oídos existió primero el Wired que el Journey). Uno podría pensar que el tema queda ahí, pero aparecen unos toques de blues menor aeólico que rematan en un broche de melancolía.

6. In My Lonely Feeling/Conversations (4:55): Esta es la continuación perfecta para el tono de aeolian blues -onda Since I Been Loving You de Led Zeppelin-, que anunció ya Topaz. Sin embargo, nuevamente el carácter de fusión se impone en solos memorables y un trabajo de batería -era que no- excepcional, al igual que las líneas de bajo de Ross Valory.

7. Mystery Mountain (4:23): Una gran canción también, con una llamativa "aserruchada" de guitarra rítmica. La melodía vocal tiene algo de épico lo que es reforzado por los variados adornos de la batería, sobre todo con la caja que representa a ratos aires marciales. Una base simple que permite el último lucimiento instrumental dentro del disco que se cierra con un telón de oro. Habrá que escuchar los siguientes álbumes con Aynsley -que me ha dejado gratamente impresionado.
MÚSICOS:
Gregg Rolie – Teclados, voz
Neal Schon – Guitarra, voz
Ross Valory – Bajo, piano, voz
Aynsley Dunbar – Batería
George Tickner – Guitarra
PARA ESCUCHAR:
http://www.youtube.com/watch?v=P-QsjBmqL2E&feature=related (Kohoutek, un primer instrumental que es fuego puro, sobre todo por la guitarra de Neil Schon. Puro virtuosismo mahavishnico).


http://www.youtube.com/watch?v=hq_2D8OKUZc&feature=related (Topaz, otro instrumental de primera, puro jazz fusión).

http://www.youtube.com/watch?v=XU-nhw-UMr0 (To play some music, una canción ideal para el verano, sencilla y optimista).

PARA VER:
http://www.youtube.com/watch?v=oHQL2yVPDaw (In a lifetime, una balada redonda que abre el disco debut de Journey. Cada segundo de música tiene su razón de estar ahí. En esta versión en vivo ya aparece Steve Perry. El único pero de esta interpretación es que a ratos como que se apuran un poco).

4 comentarios:

Juan dijo...

Está interesante el blog y si fueras capaz de explicarme de que va el proceso de Kafka estaria tambien genial, porque lo lei, pero no fui capaz de entender nada

www.elrincondelmelomano.blogspot.com

Ant dijo...

Muchas gracias por haber pasado por mi blog.

Repetiría las palabras del comentario anterior, me pareció bastante interesante así que pasaré a dar más vueltas.

Saludos de otro proyecto de ser humano!

Ksiusha dijo...

estoy bien, gracias por la pregunta!
veo que te gusta Rory Gallagher. a mi tambien!

felicitationes por tu blog! hay mucho a aprender!

(I'm just learning spanish so excuse me for my inevitable spelling mistakes :D)

Amanda~Pajarandina dijo...

Creo que no he escuchado discos enteros de journey jamás, sólo temás sueltos por ahí, y de echo los más conocidos.
Gracias por darte el tiempo de leer nuestra historia la vez anterior ^^, actualizamos nuevamente, así que te recomiendo pases denuevo ^^
http://pluma-y-papel.blogspot.com
Ojalá nos dejes tu crítica constructiva :)