Un blog para gente de oídos inquietos y cierta peligrosa inclinación a la melomanía.

domingo, 27 de enero de 2008

Crosby, Stills, Nash and Young (CSNY) - Deja Vu (1970)



Quizás me faltó escribir una “declaración de principios” extensa y clara al iniciar este blog, pero creo que no es tarde para explicitar algunas cosas: que los discos aquí comentados son aquellos que me gustan y que estimo merecen ser escuchados por cualquier amante de la música, sea lo que sea que signifique esa manida expresión (“amante de la música”).

Por lo mismo, mi predisposición analítica frente a ellos es positiva, exultante e incluso reivindicativa. En definitiva, se trata de álbumes que, a mi juicio, de verdad valen la pena ser escuchados, aunque sea una vez en la vida.

Dicho esto, con mi “conciencia tranquila”, por decirlo de algún modo, procedo a hablar de Deja Vu, disco de 1970 que reunió el genio, la sensibilidad y la energía de cuatro nombres esenciales del rock de la ebullición juvenil de fines de los sesenta: David Crosby, Steve Stills, Graham Nash y Neil Young, firmas que llenan 36 minutos no sólo de poderoso folk-rock, sino que también de otras múltiples influencias bien condimentadas por este supergrupo de la “nación Woodstock”.

Como en un amanecer que promete jornadas felices bajo un sol imperturbable, los luminosos acordes y las visionarias líneas vocales de Carry on lanzan una incontrarrestable proclama de paz y amor. De inmediato sobresalen las armonías vocales, sello distintivo de Crosby, Stills, Nash and Young (CSNY), que se roban prácticamente todo el tema con su ensamble perfecto. Un austero pero vital solo de guitarra se suma acertadamente a la base acústica, a la que las percusiones dan un sabor especial. Pasados los dos minutos y con las bellas líneas “Carry on / love is coming / love is coming to us all”, termina la primera parte de esta canción. Un pase percusivo hace partir la segunda sección más rockera, con predominancia de la batería, el órgano Hammond y los sicodélicos punteos de Neil Young. La base se mueve muy en la onda de In a Gadda da Vida, de Iron Butterfly, pero eso sí, las voces, que no tardan en retornar, borran cualquier posibilidad de confusión: CSNY is coming…

Este disco, hay que decirlo, recorre una riqueza de sonidos, estilos y estados de ánimo que hasta el último minuto, con la suma final, da un resultado armónico y perfecto. Así, el country más convencional también tiene su espacio con Teach your children, en donde las voces nuevamente se llevan todo el crédito, junto a la colaboración del mítico Jerry García (Grateful Dead) en la guitarra steel. El corte dura menos de tres minutos y mantiene la actitud visionaria y optimista de Carry on.

La electricidad retorna con la turbulenta Almost cut my hair, que escupe inquietud, angustia y pesimismo, sentimientos que reflejan la otra cara de eso años, marcados por Vietnam. Una guitarra cadenciosa y cortante va dibujando este medio tiempo intenso, rockero y oscuro, en donde no hay espacio para las armonías vocales que dieron vida a los tracks anteriores, detalle que es suplido por la voz desesperada de David Crosby, una certera base rítmica y ácidos solos de guitarra.

La calma regresa con Helpless, para mí una de las mejores baladas de todos los tiempos. Emotiva y melancólica, la desamparada voz de Neil Young dibuja unas líricas sencillas, cuya entonación en algo recuerdan a Bob Dylan en Knockin’ on heaven´s door. Una gran composición perfectamente ejecutada, con excelentes arreglos a cargo del piano, la guitarra acústica y la guitarra steel de García, que se lleva gran parte de los créditos en cuanto a la atmósfera evocadora que recorre todo el tema.

La quinta canción, un cover de la cantante canadiense Joni Mitchell, deja claro que estos tipos también están llenos de fuego rockero. Un riff de prominente hard rock, una guitarra rítmica afilada e implacable, un bajo que a ratos parece poseído –sobre todo en pasajes con octavas-, una batería que no ahorra recursos, redobles y sutiles quiebres y, por sobre todo, una combinación precisa de las voces precisas, hacen de este uno de los temas más recordados y conocidos del disco, un himno hippie que a pesar de la agonía de los sueños, hoy se escucha igual de fresca y esperanzadora.

La canción que da su nombre al álbum, Deja Vu, suena algo más experimental, con una mayor diversidad de pasajes y bastante de impredecibilidad que van desde un comienzo teñido por un aire jazzy y con reminiscencias orientales, hasta una balada sicodélica en la que se asoma una harmónica añorante y licks de guitarra que huelen a jazz. La calidad vocal se mantiene, pero las melodías son algo menos convincentes, aunque hipnóticas.

Del séptimo corte, Our House, es imposible no decir que se trata de una grandiosa balada pop. Es una canción romántica que puede escucharse cuatro, cinco, diez veces y siempre va a generar algo extraño, una sensación que irremediablemente lleva a suspirar. La melodía y los acompañamientos recogen cierto sonido inglés, que incluso podría llevar a pensar en The Beatles. Sin embargo, Our House es una personalísima composición de Graham Nash escrita para su pareja de entonces, Joni Mitchell (la creadora del tema Woodstock), en donde la voz se complementa de forma perfecta con el teclado y también con la batería, cuya entrada mágicamente no rompe la atmósfera calma y reflexiva de esta pieza, en donde todo suena luminoso y, musicalmente enamorado, sobre todo en ese cambio de ritmo en donde la caja dirige un meloso e inocente “na na nanananá”. Tres minutos de amor y melosa sensibilidad que no deberían terminar nunca, aunque a ratos pueda sonar demasiado infantil o cursi.

El octavo tema de Deja Vu, 4 + 20, trae una pausa a esta mágica sucesión de melodías inolvidables, con una balada folk sencilla, que en dos minutos ocho segundos de arpegios deja al oyente una buena lección de sencillez y belleza. Tras la quietud, irrumpe una suite algo extraña, que nuevamente aleja a la banda de los márgenes típicos.

Country Girl a ratos parece una composición cuasi sinfónica, con toques majestuosos de percusión y un libre trabajo de teclados. Las armonías siguen presentes, pero ahora más allá de moldes estándar. La melodía vocal que aparece en 3.20 puede poner fácilmente la piel de gallina, sobre todo con el violento sonido de la guitarra que la acompaña. La siguiente melodía es una nueva muestra de genialidad, moviéndose sobre una orquestación de lujo.

Después del golpe de emotiva intensidad propinado por Country Girl, Everybody I love you trae ahora un schok de electricidad, que cierra el disco en la mejor clave rockera. La primera parte, arrolladora para los estándares sesenteros, da paso en 1.17 a una melodía notable que se repite hasta el final, con entusiasmo y un ritmo que invita a moverse. Variedad, calidad y energía, elementos que sobran en Deja Vu, uno de los grandes álbumes de los sesenta, lo que no es poco decir.



PARA ESCUCHAR:


http://www.youtube.com/watch?v=g7EgsNfzsy4 (Carry on, folk y rock, al esencia de CSNY).


http://www.youtube.com/watch?v=VDpHpbllByg (Our House, canción de amor, melosa melodía melodiosa).


http://www.youtube.com/watch?v=4zdB1zyjI48 (Almost cut my air, oscura melancolía frente a un sueño que despierta en Vietnam).

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